sábado, 14 de mayo de 2011

El Tratado de Lisboa.

El tratado de Lisboa, firmado por los representantes de todos los estados miembros de la Unión Europea en Lisboa el 13 de diciembre de 2007. Con este tratado tiene, la UE tiene personalidad jurídica propia para firmar acuerdos internacionales a nivel comunitario.
Con este tratado la UE iba a tener por fin un presidente del Consejo Europeo estable por dos años y medio, un ministro de Relaciones exteriores, a la vez vicepresidente de la Comisión Europea, y un parlamento con más poderes.
José Luis Rodrígez Zapatero dejo su mandato en enero.
Se diseñó para mejorar el funcionamiento de la UE, mediante la modificación del Tratado de la Unión Europea (Maastrich) y el tratado constitutivo de la Comunidad Europea (Roma). Introduce reformas como la reducción de las posibilidades de estancamiento en el consejo de la Unión Europea mediante el voto por mayoría cualificada, un parlamento europeo con mayor peso mediante la extensión del procedimiento de decisión conjunta con el Consejo de la UE, la eliminación de los tres pilares de la Unión Europea, y la creación de las figuras de Presidente del Consejo Europeo y Alto Representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad para dotar de una mayor coherencia y continuidad a las políticas de la UE.
Desde que entró en vigor, las instituciones comunitarias vuelven a estar bloqueadas, porque el nuevo tratado está resultando más confuso, complicado e incompleto de lo que nadie pensó. La peor crisis que ha conocido el euro, con el asunto de la ayuda a Grecia al fondo, está desangrando la credibilidad de la UE, sin que se pueda decir que la reforma de las instituciones esté ayudando. Muchos se preguntan cómo es posible que el tratado hubiera previsto mecanismos para ayudar a países terceros, pero que suponga un obstáculo y no tenga instrumentos para apoyar a Grecia. Según Enrique Serbeto en su artículo “La crisis griega desata las primeras críticas al Tratado de Lisboa” en el diario ABC.
Una de las principales críticas que se ha hecho al actualmente tambaleante Tratado de Lisboa es la extracción del contenido del Tratado de la Carta de de Derechos Fundamentales.
El fracasado proyecto constitucional europeo, también llamado Tratado constitucional o Constitución europea incluía en su contenido la Carta de Derechos Fundamentales. Dentro del proceso de des-maquillaje constitucional, el Tratado de Lisboa, que se configura como un mero tratado de reforma de los Tratados constitutivos europeos, pero no como un nuevo Tratado, ni por supuesto como una Constitución, excluye de su contenido a la Carta de Derechos Fundamentales.
Según Alberto Garzón Espinosa explica en su artículo “El tratado de Lisboa, nuevo ataque a Europa”. Su nacimiento se debe al fracaso de la Constitución Europea, prácticamente igual en contenido al actual Tratado de Lisboa y rechazado hace unos años, vía referéndum, por Francia Y los Países Bajos. Según el autor la estrategia consistía en camuflar la anterior Constitución Europea en un nuevo Tratado, modificación de los anteriores, y que no tuviera que ser sometido a votación democrática. Así, el tratado de Lisboa fue aprobado por los parlamentos de la mayoría de Estados miembros (en el caso de España, ese proceso no ha tenido lugar aún).
El Tratado de Lisboa que acaba de entrar en vigor entre los 27 países de la Unión Europea (UE) es el punto culminante de medio siglo de construcción europea, finalmente aprobado después del rechazo de los ciudadanos franceses e irlandeses de la mal llamada “constitución europea”. El resultado de este largo y penoso proceso de construcción institucional cristaliza una situación de ingobernabilidad y de fuerte pérdida de influencia de Europa en el mundo.
En mi opinión del Tratado de Lisboa, y los reglamentos que ella surgieron como el reglamento (CE) 1606/2002 del Parlamento Europeo y del Consejo que tratan de crear un corpus único de normas contables internacionales ha conllevado un paso adelante de en algunas materias, sin embargo no fue muy bien acogido en en Europa y la que se pretendía que llagase a ser una Constitución Europea se quedó en un simple Tratado. Mucha culpa de ésto es de lo poco informada que esta la población y de lo poco que nos implicamos en temas tan importantes como éstos. Sin ir muy lejos, preguntando a la gente de mi alrededor, muy pocos de ellos sabían de lo que les estaba preguntando y mientras buscaba información he podido comprobar que esto es extensible a la población en general.
Además aún no estamos lo suficientemente concienciados de lo importante de de la "implicación social", es decir vivimos en un mundo donde la mayoría de las personas únicamente nos preocupamos de nuestro entorno más cercano, cuando la globalización nos da cada vez más oportunidades de implicarnos y conocer mucho más del mundo de lo que nuestras personas mayores nunca se habrían imaginado.


No hay comentarios:

Publicar un comentario